Las noches ya no son posibilidades, ni se desatan oraciones,
no tienen puertas nuestros corazones que atravesar cansados
porque ni sueño despierta, ni descubro descanso, sin tu pecho.
Entre escombros de pasado se ahogan mil perdones atrasados,
antes de que me digas como saltar alarmas prefiero el silencio
para ver que hago yo mientras tanto con este insomnio desatado.
Porque ahora tú eres mi único ancla en este mar de noches
donde la luz del norte se cansó de jugar conmigo al escondite
no me queda más que darme a la deriva, sin rumbo declarado.