Empezó con la simplicidad de rutina.
Terminó volviéndose un lío imposible.
Comenzó jugando casi sin darnos cuenta
y terminó con la paciencia de los dos.
Por un tiempo lo fue todo pero nunca llegó a ser nada.
Aún hoy siento por momentos la necesidad de buscarte,
luego recuerdo que simplemente no puedo hacerlo
y el impulso se muere en mis dedos
dejando mi cuerpo lento unos segundos.
No sé en que momento te metiste en mi mente,
jamás logre entender ni cómo ni por qué. Si sé cuando,
tirando fuerte como si fuera una tirita, logré desprenderte.
Aún escuece algunas veces, ya ves.
Empezó con la simplicidad de rutina, tontamente.
Me encanta!...pero cómo escribes, niña! ;*
ResponderEliminarEs fácil sentirse identificado. Quien no ha hecho tontunas de este tipo en su vida es que no ha vivido, no crees?
ResponderEliminarBesitos, preciosa.