21 de marzo de 2012

No hay tiempo para versos.

No tenemos tiempo para versos, ha muerto la poesía", me dices.

Me da igual la poesía, realmente. Si riman mis letras es por inercia,
ni lo pienso, ni lo pretendo, ni lo busco.
Lo único que necesito es ritmo. Silencios.
Ritmo.
Ruido.
Ritmo...
Que vayas y que vengas para que tu onda se acople a la mía.
Ese golpear de tu mundo y el mío.
Esa colisión.
Y entonces...
Entonces no puedes decirme que no existe poesía.

Porque la poesía no son rimas ni versos, y lo sabes.

Las sombras que dibujan nuestros cuerpos, son poesía.
La humedad que desprende la piel ardiendo. El sueño.
Incluso este invierno,
es poesía.


5 de marzo de 2012

Confuso.

Despúes de meses de colegueo se dan cuenta de que hay algo detrás de mis sonrisas que no alcanzan a comprender. Ahí es cuando, normalmente, preguntan.

Pero las historias confusas como la nuestra, se cuentan desde el principio o no se cuentan.

Así es como practico esta forma de contar las cosas sin llegar a decir nada, para que crean que entienden algo que, a duras penas, tú y yo comprendemos.

Ni sabrán de ti, ni comprenderán qué somos, ni entenderán qué hacemos.

Algunas noches necesito contarme a mi misma nuestras horas. No olvidar que hubo un principio, que aún queda un por qué y que, tal vez, hallaremos cómo.