30 de junio de 2011

Tan rápido.

Hablaste y te sentí otro. Tus palabras perdían el sentido y te miré.
Cuando vi que el brillo de tus ojos no parecía sincero me dio por rascar más allá de la costumbre. Y de pronto todo cayó como por efecto dominó. Me cambiaste la mirada y te arrastraron los vientos. Dejaste de ser quién creí, quién sentí... para parecerme nuevo.
Y ya no deseaba tus nervios. Mi piel no buscaba un contacto a cada latido. 


Nuestra anterior intimidad había desaparecido. 
Tan rápido. 
¡¡No, no!! ¡Vuélvete, deshaz el camino!
No pude dar marcha atrás, el minutero se atascó.

Te he perdido.
Aún no sé si en realidad te he tenido.

29 de junio de 2011

Bloqueo.


Bueno, bloqueo tal vez no, porque ya he escrito dos veces 110 palabras. Una ayer, otra hoy. Pero son un truños total... Es la primera vez en... ufff No sé ni los relatos que llevamos juntos!!

Así que no sé si es que estoy en plan tontorrón y que nada me cuadra, o que la frase me lleva siempre al mismo callejón por algún enganche mental aún no identificado.

Resumiendo, lo dejo para otro día. Voy a dar un atracón de lo que más le guste a alguna de mis personalidades y tras el empacho probaré de nuevo a ver que sale.
Gracias por esperar un poquito más... (van 110)

22 de junio de 2011

Temas microrelato de Junio.

Aquí están, con retraso, lo sé.

1) Quiero decir algo: las cosas son así, y punto.

Intimidad, Hanif Kureishi

2) Nuestra anterior intimidad había desaparecido. <-- Tema ganador con 5 de los 12 votos

Fin de fiesta, Juan Goytisolo

3) Olvida tu derecho de pernada por esta vez.

La cárcel del amor, Luis Racionero.

15 de junio de 2011

Retornar.


Esta noche volveré a cambiar de piel, para ajustarme a las costuras de la rutina. Pero antes aullaré a la luna de sangre con la que he quedado esta noche. Ella llevará sus mejores galas, yo me cortaré las uñas por lo que pueda pasar.

Escaparse sin permiso y que al volver alguien te esté esperando te carga las pilas.

Y mañana, bueno, nunca se sabe lo que pasará mañana... Pero espero poder visitaros, y adecentar un poco mi casa, que de puro abandonada tiene telarañas entre las hojas.

Si quieres acompañarme mira al cielo a las diez de la noche (también puedes aullar bajito, no va a enterarse nadie)