Me mantengo en pie por pura inercia.
Te sonrío por costumbre. Me río por
desidia.
Cansada de no hacer nada. Cansada de no ser nada.
Porque así me resulta más fácil poder
resguardarme entre mis sombras,
sin que nadie se entere de los
laberintos de mi mente.
Me recompongo cada día y me pinto de
mi misma para ti
porque sé que te hace falta que sea
fuerte, aunque malditas sean mis ganas de serlo.
Porque antes de ti fueron otros los que
se sujetaron en mi.
Tal vez ahora entiendas que la imagen
que tienes de mi no es real.
El único sitio
dónde existe es en tu cabeza.