24 de septiembre de 2012

El momento justo


Nací de cara para no perderme nada desde el primer segundo tanto, que me sacaron de la boca como un pez. Debía ser mi sino.
Me ha ido mal muchas veces por ir adelantada, por estar cuando aún no se me esperaba. Lo justo tiene su momento y es un arte que no domino.
He llegado a comprender que lo que no veo lo siento, me lo dicen los gestos, el olor, los silencios.
Siempre he ido un minuto adelantada, así me va la vida.  Y algunas veces aunque ya estoy ahí, prefiero que no se sepa. Porque llegar antes no es llegar puntual y lleva años llegar a entenderlo.


8 comentarios:

  1. Prefiero un minuto adelantado que atrasado.

    Adelantarse a las costumbres puede ser un fastidio.

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    1. Guille, las costumbres pueden ser un fastidio por si mismas.

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  2. La sensación de estar siempre fuera de compás, de que mis penas duelen menos que las de los demás. El arte de cerrar la boca y abrir el ojo no deja de ser un ejercicio de supervivencia, intentar llegar tarde y acabar llegando puntual.

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    1. Intentaré llegar tarde para acabar llegando puntual, a ver si me funciona. Sabiendo que tengo los relojes una medía de 10 minutos adelantados, ummm voy calculando...

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  3. Es mejor ir adelantada, Luz, cuando llegues puntual, que llegarás, disfrutarás mejor, con más claridad, del trayecto recorrido...

    Un beso, muy hermosa reflexión.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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