7 de agosto de 2011

Las cosas.


A los ocho años quería irme a las misiones. No tenía ni pizca de vocación, pero desconocía la existencia de ONG´s.

A los diez quería escribir la continuación del Conde de Montecristo con la Olivetti de mi madre.

A los 15 me imaginaba de gira por escenarios de toda España.

A los dieciocho fantaseaba con una plaza en una biblioteca de un pueblecito pintoresco.

A los veinte soñaba con mofletuditos bebes que me babearan entera.

A los treinta ya pido imposibles. Para que andarse con medias tintas. Nunca soñé con el amor, al final es lo único que tengo.

Está visto que las cosas nunca son como te las imaginas...

5 comentarios:

  1. Jaté. Y tienes el amor, dices. Muy bien. Dime en qué mejilla prefieres que te pegue.

    (Ya abandoné mi carrera. Pero en tiempos fui Teresa Rabal).

    Bicos supervivientes. Sin monarquía.

    (Te veo en Cuatro Vientos, ¿no?)

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  2. Creo que era Quique González el que decía: "la vida te lleva por caminos raros".
    De todos ellos, el amor es el que pierde a los GPS.

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  3. ¡¡Hola!!
    La plaza de biblioteca en un pueblecito pintoresco suena muy, muy bien. Y ya pidiendo, una biblioteca llena de novedades editoriales...
    Aunque lo que al final te ha tocado no está nada mal ;)
    Besos.

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  4. Ya te veo Lari, chincha rabiña que tengo una piña.

    Che, los gps son la lacra del milenio.

    Nortia, es que me gusta quejarme. Pero en el fondo, si me vieras, siempre estoy sonriendo.

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  5. Si tienes amor, patenta tu original manera de llegar a eso.

    Me quedo con los dieciocho.

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