17 de julio de 2010

Nuestro primer helado.

Recuerdo que nuestro estado natural era la excitación, desde que nos sentábamos delante del tazón del desayuno hasta que se nos cerraban los ojos de puro sueño. Corríamos, gesticulábamos y hablábamos a voces mientras girábamos al rededor de la abuela, compitiendo siempre por su atención, tirando de su manga y preguntando sin parar. Aquel domingo estrenaba zapatos de charol, juntando los talones miraba el brillo embelesada. Luego miraba su pajarita azul torcida y rompía a reír.

Mientras el señor trabajaba dando forma a la bola yo retorcía los dedos y mi hermano aplastaba su cara redonda contra el cristal. Estábamos tan ansiosos que durante todo ese rato no cruzamos palabra.



5 comentarios:

  1. Uno siempre se muestra ansioso mientras espera que el helado merezca la pena, o cuando esperas que se abra la puerta del tren, o a que acaben de envolverte el regalo...

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  2. olaa
    me a encantado el mini relato...es hermoso
    y el niño es una cucada ^^
    bss

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  3. Hola anny! Me alegro de que te guste. Gracias por tu comentario

    Che, mi Che, eres de los mios... mis ansias son las tuyas.

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  4. Chulísimo!, me ha encantado ;). Te quedas ensimismada leyéndolo, mientras te lo imaginas tal cual lo estuvieras viviendo en ese momento y deseando tanto el helado como vosotros. Y el principio muy entrañable ;).

    Fdo.: Aliena.

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  5. No veas lo que me ilusionan tus palabras Ali, muchas gracias.
    Un besote.

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